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domingo, 21 de septiembre de 2014

Lenguaje y pensamiento. Reflexión de un compañero

   Entre las argumentaciones sobre lenguaje y pensamiento que tenías que entregar esta evaluación, quiero destacar la de vuestro compañero Rafael Algaba, del grupo de 1º Bachillerato de Artes Escénicas. Dedicadle cinco minutos porque estoy segura de que os va a gustar tanto como a mí.



   ¿Es posible el pensamiento sin lenguaje?

    Nos encontramos en un lugar donde el conocimiento es efímero y la realidad, superflua; en un mundo donde una sociedad se conforma con no ‘cultivar’ su débil materia gris, donde la lectura no es placer sino castigo. Sin embargo, ¿podría el economista ejercer su labor sin los números y gráficas? ¿El músico sin su pentagrama y sus notas? ¿El pintor sin su cromático divagar? Poder, podrían. Pero su pensamiento y conocimiento de sus campos sería pobre.

    Experimente. Intente pensar sin palabras, sin verbos, sin proposiciones que den forma a su expresión. ‘Kaos’. Eso es lo que queda sin una organización mental debidamente instruida en la palabra. También cabe decir que es fruto de una ‘psiké’ desaliñada hablar de que pensamiento está totalmente desligado del lenguaje.

    Sin duda, el lenguaje es la base del pensamiento; son los cimientos sobre los que quedan alicatados los fulgurantes indicios del pensar; es el código que ensarta en la mente las ideas y conceptos sobre los que el pensamiento deberá trabajar y esculpir un conocimiento primigenio, para después ir de la mano volando con alas de cera hasta que la capacidad individual bloquee las posibilidades del pensamiento absoluto. Es por esto que podemos hablar de Las Cuatro Fases*.


   * Las Cuatro Fases en la Dualidad Lenguaje-Pensamiento:

  1. Asimilación del Lenguaje.
  2. Construcción del Pensamiento medianamente profundo.
  3. Construcción, Exteriorización e intercambio de conceptos e ideas gracias a la estructuración verbal apoyada en el pensamiento.
  4. Explosión del Yo interior. Base lingüística fuertemente forjada; esto ayuda a dar forma al pensamiento, y éste último, cuanto más desarrollado, mejor estructura el lenguaje. Bucle continuo de conocimiento y expresión.